viernes, 2 de julio de 2010

Mi tía Hortensia





Cuando tenía cuatro años y contaba lo mucho que me gustaba  el olor de las hortensias la gente se reía  y me decía que  no olían a nada. Mi abuelo sonreía y, a modo de consuelo, me decía que la ciudad mata el olfato y que todos en mi familia, menos  él, mi tía  Horetensia y yo, tenían las narices muertas.

 Llegué a imaginar un entierro ¡de narices! donde en vez de flores ofrendaban ambientadores con forma de pino, y en vez de velas el famosísimo ambientador azul de mecha de Stanhome.
Pero para poder ver a mi familia sin rastro de nariz, ya que la imaginación no me daba para todo lo que ellos creían, tuve que ir  rasgando todas las narices que encontraba a mi paso por los portaretratos.
Esa tarde cuando  relaté,  inocente e ilusionada, aquel cortejo fúnebre imaginario, y les mostré la imágen de cada uno tras la mutilación de napias (a mi madre y  a mi padre  el día de su boda; a mi tía, su encantador marido y sus insoportables hijos el día de la comunión de estos; a mis abuelos, bisabuelos y a todo aquel que viviese dentro de un portaretratos en el salón de la casa de mis padres)   no solamente no gustó a nadie  (que no fuese mi abuelo, mi cómplice de la infancia)  que hubiese hecho ese ejercicio visual absolutamente necesario, si no que incluso el experimento les disgustó hasta la preocupación:

Mi madre dijo: ¡ Dios mío, lo de esta niña no tiene nombre! ¡Menudos disparates se le ocurren! ¿A quien habrá salido?

Mi tía (la hermana de mi madre) :  Con esa imaginación va a acabar siendo  feísima. Mira si no Gloria Fuertes

Mi abuela materna: ¡No digáis tonterias! Es muy pequeña y muy lista sí, pero no os preocupéis, que en cuanto le gusten los chicos, la imaginación y la inteligencia las  usará para cazarlos.

Mi abuela paterna:  -Sí ya , claro ,y tú le cargarás la escopeta como  se la cargaste a  tu hija... ¡Pobre  hijo mío en qué nido de arpías se metió!


Y en medio de todo ese  alboroto mujeril  llegaba, revolotenado con su luz de mariposa, ella,  mi tía Hortensia, el hada madrina que pegaba los cromos con  mermeladas y caramelo para el flan,  que añadía  flores a las ensaladas, rellenaba de deliciosa crema amarilla  las filloas,  y  me hacía bocadillos de leche condensada a escondidas. Entraba,  sonreía, me cogía de la mano y, señalando con su mirada sus pies en puntillas, me invitaba a imitarla y me sacaba de allí en una suerte de baile mágico que pasito a pasito nos libraba de aquella madeja de lios de suegras y nueras en busca del poder  que nunca obtuvieron,  y me llevaba a la huerta  a recoger pétalos de hortensia que sumergíamos en agua  antes de dejarlos  a la luz de la noche para poder lavarnos con su perfume al día siguiente.

 Mientras dejábamos caer los pétalos en el agua, me decía:
 - Pide un deseo. El agua de flores puesta a luz de la noche te lo concederá.
 - Que de de mayor pueda ser  como tú
- ¿Y cómo soy yo? -preguntaba  muy divertida - ¿ Una triste soltera, alocada y salvaje, como piensan tu  abuela y tus tías, o un hada divertida como dices tú?
- Eres... buena, alegre,  y muy rica porque hueles a hortensias.
-¿Y a qué huelen las hortensias?
- Las hortensias huelen a ti.


Las hortensias me siguen oliendo a ella, a dulzura, frescor, alegría,  verano, libertad, comprensión, delicadeza, belleza, luna, agua  y sol.




Por aquel tiempo descubrí que para los olores a penas hay matices en forma de palabro que los defina.  Así como los colores tiene nombres para cada matiz  (azul cielo, azul marino, rosa fucsia, rosa palo, marrón café, marrón chocolate, verde agua, verde pino, incluso verde marujita...) los adjetivos  para olores aún están por nacer...


32 comentarios:

Sonix dijo...

Preciosa historia... ahora me han dado ganas de oler una hortensia pero por desgracia vivo en una ciudad. ¿Es autobiográfica?
Un saludo y buen fin de semana!

Zafferano dijo...

Qué placer leerte, preciosa... Me ha encantado.

Un beso enorme!

Ofelia Gasque Andrés dijo...

Me has tocado las narices, y lo digo desde el sentido más desarrollado que tengo y que mas alegrías me da.

La historia y modo en que la cuentas no tiene desperdicio. Tan pocas palabras para ilustrar un universo entero.

Es un sentido tan atávico que se han perdido los adjetivos por el camino. Quizás porque nos llevan a un lugar de profunda intuición y sabiduría, y en su día fue implantada su prohibición.

Podríamos usar los colores y asociarlos a los olores. Por ejemplo, tu tia Hortensia huele a azul cielo, tu hueles a magenta con toques ultravioletas, el queso de oveja del pueblo de mi madre huele a amarillo canario....

Se me ocurre que cuando una persona extirpa su nariz, lo que le tocaría oler, lo ha de oler otra.

Me encanta tu incómoda creatividad infantil.

Besos de narices***

Ofelia Gasque Andrés dijo...

Concreto. Cuando digo "se me ocurre que cuando una persona extirpa su nariz, lo que le tocaría oler, lo ha de oler otra" no me refiero al olor maravilloso del rosa pálido, si no al desagradable marrón cacoso, por ejemplo.

Besos con aroma verde pradera**

Elvira dijo...

Me ha entusiasmado esta entrada, vaquiña. Y más teniendo en cuenta que mi olfato es exageradamente sensible, así que me identifico mucho con lo que cuentas.

Tengo que ir a un jardín cercano donde hay hortensias para ver si las huelo. :-)

Me parece muy buena la idea de Ofelia, vamos a inventar adjetivos para olores o a robárselos a los otros sentidos.

Besos de esos que se chocan las narices

marce dijo...

Hola Chusa.. Todos tenemos o tuvimos una tía Hotensia, yo creo que ya no la tengo.

Oler a azul, a rosa, a lila, magentas, etc, es distinto que oler a gris.. . . . . ..Ahora mismo no sé si la hortensia huele no huele. Pero en tu texto desprenden aroma de letras escritas con esencia de multifloral,,,. . . . .

abrazos florales. .. .

Sra de Zafón dijo...

Hola Sonix!

Te mandaba unas pocas si no se estropeasen por el camino, pero intentaré enviarte el aroma con alguna palabra:
Fresco y veraniego, delicadamente dulce, el olor de una sandía madura desde muy lejos.

Los hechos, los recuerdos y las emociones sentidas sí son reales.

Besos autobiográficos

Sra de Zafón dijo...

Hola Zaffe, reina de la narración ingeniosa.
Gracias por gustarte y decírmelo tan lindamente.

Besos horténsicopreciosos.

Sra de Zafón dijo...

Buenos días, torito de mis entrehierbas.

Me gustó tanto tu idea de poner a los olores nombres de colores que me descubrí oliendo el azul cielo, el azul mar, el azul hortensia, el amarillo limón … y en ello andaba cuando mira que se me ocurrió:

El rosa huele a rosas,
el lila a lilas,
el malva a malvas,
el naranja a naranjas,
el amarillo limón a limón…pero además a
el rojo vino a vino
el rojo sandía a sandía
el verde musgo a musgo,
el verde hierba a hierba

Así que con ésto ya voy a hacer otro intento descriptivo del olor de la hortensia:
Para mí la hortensia huele un poco a verde hierba, con una nota lejana e imprecisa, pero muy evocadora de rojo sandía.

Sobre tú propuesta de extirpación siento un leve rechazo, porque si yo he extirpado todas esas narices, aunque sólo fuese por un día, lo mismo me toca oler todos sus marrones cacosos de ese día :-)

Besos de vaca enamorada

Sra de Zafón dijo...

Hooooola Elvira!

Creo que es muy difícil clasificar aromas pero no más que los colores, a los que tenemos que matizar con nombres de cosas. Quizás con los olores habría que hacer igual.
Supongo que creer que nuestra existencia ya no depende de nuestro olfato es lo que ha “tarado” tanto nuestra capacidad olfativa como nuestra necesidad de explicitar más detalladamente sobre los aromas.
Ahora, en esta época de tantos contaminantes y tanto veneno sintético, quizás tengamos que volver a recuperar el olfato para poder sobrevivir.
Tu olfato desarrolladísimo seguro que es una de las maravillosas capacidades de nuestro cuerpo para seguir vivo. Yo también lo tengo muy desarrollado, tanto para sustancias palpables como intuitivas.

Besos de vaquiña compañeira.

Sra de Zafón dijo...

Benditas las tías Hortensias, Marce, que han sido cómplices de nuestra infancia. Estoy convencida de que gran parte de nuestra salud mental se la debemos a ellas.

¡Ay el gris!…, oler a gris para mí es oler a ceniza, a chimenea de fábrica, a calles abarrotadas de vehículos humeantes, pero además oler a gris es pasarse la vida de espectador a ver si algún día caminando hacia tí llega algún ramo de olorosas flores. Que no, que el olor gris no me gusta nada de nada con lo hermosos que son los verdes, los azules, los blancos, los morados…

Besos multicolores con olor a sol, mar y a tomates verdes.

Eli dijo...

Preciosos recuerdos, y preciosa forma de contarlos, Chusa.
Echo de menos a esa tía Hortensia que nunca tuve...

Noite de luNa dijo...

A tus pies. Me has dejado sorprendida por la forma de relatar tan preciosa historia.

Besos.

*Estoy un poco vaga para el ordenador.
Lo he cambiado por la piscina que no playa.

Jack dijo...

Chusa.
Cómo molas.




:)
....Sería el resúmen de lo que te vengo queriendo poner los últimos meses.
Estoy hasta arriba currando pal enemigo y me falta tiempo pa todo.

Bicos.

Sra de Zafón dijo...

Buenas noches, Eli, qué alegría me
que te pases por mi prado.

Es muy bonito lo que dices de echar de menos a alguien aún no habiéndolo tenido en tu vida.

Disponer de un adulto cómplice en la infancia es todo un lujo, yo tuve dos (a mi abuela paterna hasta los 10 años y a mi abuelo materno hasta los 12) pero mi tía Hortensia, además de cómplice, era la reina del disparate para los adultos y la reina de lo auténtico para mí y todos los niños que tuvieron la suerte de conocerla. Era dulce y a la vez enérgica, generosa, cariñosa, ingeniosa y, sobre todo, ¡libre! a pesar de la carga moral del régimen y los desprecios familiares y sociales.
Tenerla en mi vida me ayudó mucho a librarme de corsés y mandamientos.

un beso y gracias por tus palabras

Sra de Zafón dijo...

Muchas gracias Aquí!
Yo también ando muy poco por mi prado y vuestros hermosos lugares porque además de terneritos sueltos todo el día, tengo jornada playera diaria. Un gozo, la verdad, pero menos tiempo para meter la cabeza por aquí y disfrutar de vuestra compañía.

Besos.

Sra de Zafón dijo...

Mi querida Pirata
Tu resumen sí que mola!
¿Que es eso de que estás currando pal enemigo...? a ver si encuentras un rato y me lo cuentas o me dices donde me puedo enterar :-)

Llevo pensando en ti desde que vi un concurso de fotos en un periódico de medioambiente, no es que den nada del otro mundo pero creo que una foto tuya, ahora mismo no recuerdo el nombre de la entrada, es muy azul y con unas botellas flotando por el agua ganaría sin ninguna duda cualquier concurso.

http://www.antesdelshopping.com/wp-content/uploads/2009/01/canon50mm18-thumb.jpg

Besos.

Sra de Zafón dijo...

Jack, el calor me tiene un poco apijotada, el enlace que pegué arriba es el del gachet de canon que pusiste en tu blog y que yo envié a mi hermano, el del concurso es este.

http://www.ambientum.com/concursos/fotografia/

Besos con el fresquito de la mañana fugándose a pasos de gigante, ( menos mal que el mar está bien frío)

I need a miracle dijo...

Pues que te voy a decir que no ta hayan dicho ya? Pues exactamente igual, que eres una crack escribiendo y que la historia es muy linda.

Y nada ahora todas/os a oler las Hortensias, pero a las plantas no a toda aquella que se llame Hortensia ;)

Besos

marce dijo...

Muy buenas, an-chusa..
En la arena las plantas se transforman en seres, a veces, casi del reino animalia. Sus texturas, sus colores y formas hacen que muchos insectos pasen de ellas y busquen en otra partes. En la duna estuve toda la tarde, se iba el sol y yo allí... . .

Antojados y anchusados, besos.

Sra de Zafón dijo...

Buenas noches, Sies!

Gracias por tu mirada hacia mis historias y mis palabras.

Jajajajaja, creo que va a ser más muy difícil oler a las Hortensias con mayúscula, que a las flores ¿Sabes que no conozco ninguna mujer menor de 70 años que se llame Hortensia?
Creo que los censos estás muy poco floridos desde que “legalizaron” a las Jennifer, las Adrianas, las Carlotas...
Ahora a penas quedan Gardenias, Azucenas, Petunias, Violetas…quizás queden unas poquitas más Verónicas o Rosas o , pero cada vez menos.

Besos de buenas y bostezantes noches.

Sra de Zafón dijo...

A ti, Marce, te contesto con la siguiente entrada. Pero aquí te cuento la placidez que me has regalado con estas palabras: “En la duna estuve toda la tarde, se iba el sol y yo allí...”
Puedo sentir la arena y el sol bajando sobre el mar, también el baño de luz de ese momento...
Precioso, Marce.

Besos de buenas noches también.

Anónimo dijo...

Que maravillosa historia-recuerdo, llena, llenita a rebosar de aromas..

Eres todo un descubrimiento, con tu permiso me quedo por aquí... :)

Un abrazo con sonrisa

Sra de Zafón dijo...

Bienvenida Sonbrisa, acabo de llegar de tu casa volando entre universos.
Agradecida de que me hayas encontrado te doy las buenas noches.

Katha dijo...

Buenos días Chusa,

¡qué suerte haber tenido una tía hortensia!

Yo que antes no tenía mala nariz ahora no huelo casi nada. Va a ser lo que cuentas, que la ciudad lo hecha todo a perder.

A mí me parece estupendo que siempre hayas sido tan creativa. Para disfrute nuestro ;-)

Un beso

Lenka dijo...

Qué sería de la vida sin una tía Hortensia!!! Yo tengo dos, una paterna y otra materna. Merce y Raquel. Mecheche y Yaya. Totalmente distintas entre sí, pero mujeres mágicas ambas. Ni se imaginan cómo las quiero y cuántas cosas me inspiran.

Ah, el olfato. Qué poco caso le hacemos a veces... curiosamente algunos de mis recuerdos más potentes van ligados al olfato. El olor del café que hacía mi abuela en el campo, y que luego ponía en una jarra con hielo picado (litros me bebía yo, terminaron haciéndolo descafeinado porque bastante búho era ya sin ayuda). Los dos lados de la almohada de la cama de mis padres (el que olía a papá y el que olía a mamá. El olor a papá era un poco a tabaco, un poco a cuero, un poco a mar. El olor de mamá era un poco a pintalabios y el resto nunca lo supe, era olor a mamá). El olor al campamento, que aún revivo cuando hay ese viento seco del sur (huele a León!!) El olor de la playa. El del colegio, asociado a cosas un tanto grises. El olor a medicinas de la bisa. El olor de los tortos para desayunar!!!! El olor a castañas por el parque, en otoño (olor de magüestu). El olor penetrante de la sidra en el llagar de mi abuelo. El olor horrible y asqueroso de las tripas cuando hacíamos chorizo!!! ARGGGHHHH!!!! (Yo amaso, yo amaso!! Las tripas no!!!!) El olor dulzón de la miel cuando la envasábamos. Olor a la mercromina de las caídas en bici. El olor a incienso en la Catedral de Santiago (mi primer viaje "largo" sin padres, en el colegio). El olor indescritible de África. El olor de Atenas. El de Túnez, ese olor a jazmín que me entusiasma. El olor de los zorros!! Ese que consigue que no me inquiete por mi perra cuando sale disparada en el campo, porque sé que está siguiendo a un zorro (al que no hará nada, porque su instinto cazador es nulo y me temo que intentaría jugar hasta con una pantera), y no logro explicarme cómo es que nadie más lo nota, con lo fuerte y claro que es!!!

A mi madre le encantan las hortensias, siempre las planta en su pradín. Y sí que huelen. Si sabes oler. Preciosa entrada, Zafo!

Lenka dijo...
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Lenka dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Lenka dijo...

Mi conexión se ha vuelto loca y me ha sacado el comentario tres veces... qué abuso!!!! Mil perdones, Zafo.

Sra de Zafón dijo...

Buenos días Khata y Lenka!
No os había visto hasta que he abierto el correo.

La ciudad y el tipo de vida que conlleva le proveernos de productos en ella, nos hace perder el olfato, pero además nos hace adictos de los sucedaneos de los buenos olores, del campo, de las flores, e incluso del pan recién horneado, sucedaneos sintéticos que, además de adictivos, no son muy recomendables ni para el olfato ni para la salud, sólo hay que leer los informes de Grrenpeace sobre como actúan en nuestro organismo (como disruptores hormonales) para darnos cuenta de lo mal que estamos de la cabeza :-)
Cada vez hay mas personas con problemas respiratorios,"alergias", problemas hormonales, cánceres y enfermedades idiopáticas (que no saben que las produce, o más bien que no nos lo quieren contar)
Hace tiempo que mis productos cosméticos y de higiene son naturales por un amigo que padece sensibiliad química múltiple y al que es imposible acercarse sin esa precaución, y te aseguro que además de ser buenísimos son una delicia olfativa, algo así como la vuelta a la verdad de la naturaleza. Mi champú huele a rosa de verdad, y mi crema corporal a limones de mis árboles, mi colonia es de salvia, y mi pasta de dientes sabe exactamente igual que si masticas una hoja de menta con sal. Así con todo...un verdadero placer que sólo aprecio en su totalidad cuando estoy en su casa o en lugarres solitarios sin que otras personas lleven encima colonias, masajes, desodorantes, etc.
Besos

Sra de Zafón dijo...

Hola Lenka!!! ya le decía a Kahta que no os vi por mi prado hasta ahora mismo.
Dicen que el olfato es la máquina del tiempo más rápida y precisa.
Nos transporta a tiempos lejanos haciendo que los revivamos de nuevo como casi nada en este mundo.

A vees cierro los ojos e intento recordar los abrazos de mi abuela y puedo hacerlo, pero apenas puedo sentirlos, pero es coger el agua de azahar que compré explícitamente para estos viajes y voilá, todas las sensaciones e imágnes de aquellos tiempos me envuelven como sus abrazos. El agua de azahar incluso me hace sentir la textura de sus arrugados y delicados brazos.

Besos Lenka, que sigas teniendo tan buen olfato.

Katha dijo...

Buenos días Chusa,

Yo siempre recordaré a aquellas colonias de lilas y violetas que tenía mi abuela.

Ya he contado alguna vez en el blog de Elvira que me encantan las lilas. Todas las primaveras espero ansiosa a que florezcan. Pero, este año, para desencanto mío, apenas olían a nada. Lo achaqué a las incesantes lluvias que se habrían llevado su aroma, a no mi decaído olfato.

Nunca llevo colonia. Tengo 2 desodorantes uno de aceites esenciales, que me huele a colonia de hombre y me irrita por su contenido en alcohol, pero me huele bien. Y otro sin perfume.
El niño tiene dermatitis, yo problemas de sensibilidad... así que intento que entre poco perfume en casa o lo más natural posible... Lo malo es que ello casi nunca es posible, valga la redundancia.
Tengo una amiga en contra de todo cosmético sintético, compra casi todo por internet.
Es una pena, pero en la ciudad me temo que no podemos disponer de tu champú de rosas y tu crema de limón. No nos des más envidia, que aún me acuerdo de tu mermelada de ciruela.

Lo cierto es que tenemos el olfato tan dormido que no nos acordamos de lo importante que es. Conozco a una chica que a raíz del embarazo ha perdido por completo el olfato. Dice que acaba tirando un montón de comida, porque no sabe si está en buen estado o no. (Yo que olfateo carne y pescado cual perro cazador para asegurarme de que están bien.) Dice que lo que peor lleva es no poder oler a sus peques recién bañados (con lo bien qeu huele mi pequeño trasto después de su dicha, y antes también) y que la comida ha perdido gran parte de su sabor.

Así que ya ves, nos perdemos un montón de placeres por vivir entre aire contaminado. Supongo que para la gente que fuma es aún peor.

CHAO