sábado, 17 de julio de 2010

La despedida fue azul y con gotas de lluvia



Hoy fui a visitar a una amiga que muere de vieja y vive paralizada sobre su triste cama.


Apenas la reconocí tras los rasgos temblorosos y los miembros retorcidos en los que el paso de la vida la ha envuelto.

No puede hablar, pero reconoce y entiende a todo el mundo. Sólo dice sí y no con un levísimo movimiento de cabeza mientras pierde las palabras, que por todos los medios intenta fabricar, en una boca que no le obedece y que incluso ya le ha jubilado los dientes. Pero sus ojos nos lo dijeron todo.

Primero la emoción de vernos los llenó de lágrimas, luego las ganas de decirnos cosas los abrió como platos, luego el cansancio llevó al reposó a sus párpados dejando a su agarrotada mano hablando con la mía, para más tarde volver a  abrirlos,  ahora empapados de resignación , y decirnos con una mirada tan clara como su piel  un  "Ahora soy esto, pero detrás sigo estando  yo."

Le di las gracias por todo el tiempo que dedicó a hacerme feliz, por las maravillosas historias que me contaba, las deliciosas filloas que me preparaba, por lo bien que siempre lo pasamos en su casa,  pero sobre todo porque desde siempre me hizo saber que ella sería mi madre siempre que me hiciera falta...

Al dejarla encontré una tela de araña que todavía guardaba el agua caída la noche anterior

Metí la cámara bajo la puntilla de diamantes y disparé sin saber si estaba enfocando bien (no me cabía la cabeza y la araña tenía cara de mosqueo) luego seguí buscando gotas entre la hierba. Sonaba el río que tanto ama Manuela y le pedí que se la lleve pronto. Al llegar a casa y descargar la cámara vi esta foto de mi corazón a día de hoy.

13 comentarios:

marce dijo...

Hermosas y tristes palabras para una amiga. Las gotas bien pudieran ser lagrimas derramadas por el fenómeno de una vida que mejor hacemos por no entender, porque es dura y tiene su camino por ecima de nuestras decisiones.

La foto me recuerda a algunas que he hecho de forma azarosa. La fotografía es como la vida, tiene un componente azaroso enorme. Si te fijas arriba a la derecha hay un grupo de gotas que parecen contener dibujado un pájaro.

un abrazo, Chusa.

Sra de Zafón dijo...

Más que lágrimas, Marce, sentí condensación.
Gracias por tus palabras. Las vivo con la razón y con el corazón, pero el deterioro del cuerpo hasta esos límites me produce una tristeza pegajosa y húmeda, que no me molesta, ni me hace estar mal, sólo está ahí... La vida es todo esto y mucho más, para bien y para mal.

Me había fijado en los pájaros, pero me encanta que tú también los hayas visto.

Besos mañaneros!

Elvira dijo...

Me quedo sin palabras, querida vaca. Me ha recordado a tu amiga Lola. Hermoso texto que refleja quien tú eres. Besos, guapa!

Anónimo dijo...

Una vez leí, o escuché, o me inventé que por la vida se pierde la vida. Me he sentido fragmentada al leerte hoy...como esas gotas, como más de un recuerdo que se me atraviesa a pedacillos.

Un abrazo circular, bien fuerte.

Ofelia Gasque Andrés dijo...

***me alegra tu alma***

Sonix dijo...

Es tan triste... uno nunca piensa que pueda desear que deje este mundo alguien a quien quiere tanto, y sin embargo se puede. Una situación horrible, espero que los buenos recuerdos venzan al dolor.
Un beso.

Sra de Zafón dijo...

Buenos días Elvira<3

Lola era (abandonó a sus manos desobedientes el pasado invierno) una mujer relativamente joven con mucha energía, y una capacidad increíble para elegir cómo VIVIR (con mayúsculas)a pesar de padecer la terrible ELA.
Manuela es una viejiña devorada por el parkinson que ya sólo espera la muerte rezando para llegar al cielo

Pero tienes razón, en cuanto la vi pensé en Lola y me sorprendió lo parecidas que pueden llegar a ser las enfermedades en cuanto al deterioro físico y la pérdida de autonomía y distintas las maneras de vivirlas.

Yo no rezo, pero deseo que Manuela se vaya pronto y que mientras lo hace ya encuentre algún cielo, aunque me temo que no va a ser así.


Besos!

Sra de Zafón dijo...

Besos!

Hola Sombrisa!
Es verdad que vivir no es otra cosa que comerse las horas que tenemos para estar vivos. El asunto está, creo yo, en comerlas con placer y digerir lo comido con buen provecho.
Mi amiga Lola se comió sus horas,hasta cuando ella quiso, saboreando cada momento, y viviendo cada hora cómo ella decidía a pesar de lo determinante de sus enfermedad en sus capacidades, pero esta pobre mujer vivió una vida que nunca fue suya (sus obligaciones culturales la tuvieron totalmente prisionera) y ahora espera una muerte que tampoco llega cuando ella la necesita, en medio de una familia que sólo sabe hacer curas a su cuerpo, pero que no es capaz de ayudarle de ningún otro modo. Allí están todos esperando, rezando y… tomando antidepresivos… Es muy triste y deseo que Manuela pueda apagarse cuanto antes.

Sra de Zafón dijo...

Sombrisa, mo me digas cómo lo hice, pero los besos se han ido a hacia arriba, qué bueno!:-)

Sra de Zafón dijo...

Intento llenar mi alma de personas como tú y dejo que mis emociones campen libres dentro de ella, cuando lo consigo también me alegra.

Besos, de tu vaca

Sra de Zafón dijo...

Muchas gracias, Sonix
La primera vez que tuve ese deseo a la vez que un dolor tremendo por la posibilidad de la pérdida, no acababa de digerirlo. Pero el sufrimiento padecido por esa persona y el amor que le tenía me llevaba a olvidarme de mi propio dolor. El día que se murió no fui capaz de soltar una lágrima, ni siquiera tras una semana, sólo cuando sentí el alivio de saber que ya no vivía secuestrado en su propio cuerpo, que ya no tenía que pelear con la terrible realidad de no poder mover ni un solo músculo, pude sentir la pérdida con dolor y a la vez alegría. No me lo podía explicar, no entendía como podía dolerme tanto la muerte y a la vez darme semejante alegría. Y era así porque realmente lo que más me dolía era la vida y lo que ella le traía, y la muerte fue el fin para aquella tortura.
Bueno, voy a intentar colgar una flor y cambiar de entrada y de estado de ánimo.

Besos para todos y gracias por vuestra compañía.

Noite de luNa dijo...

Es triste y liberador.

La sensación la sentí cuando se fue mi madre, prisionera también.

Sentí una liberación por ella y una gran tristeza.

Así es la vida. A ella le gustaría que rieras mucho.

Confidencia:
A veces pienso que a lo mejor la vida dura es la que vivimos y si existe algo después, es la vida estupenda.

Besos

Sra de Zafón dijo...

Sentir tristeza y liberación juntas nos parece contradictorio y sin embargo es el pan nuestro de cada día...sólo que cuando a un le toca ...le toca.

Agradezco tu confidencia, Aquí. Yo no creo en otra vida después de esta, así que me esfuerzo cada día por hacerla lo más estupenda que pueda :-) ...mientras me lo permita.

Besos