Río Tambre (Noya) fotografíado por Zafo
Faro en la isla de Arousa (Salnés) fotografiado por la Sr de Zafón
Para Katha, que me ha pedido una ventana desde donde mirar hacia el mundo verde en el que vivo.
Hoy te mando un río y te mando un mar.
Una de las cosas que más me gusta hacer es andar, andar en buena compañía y hacer fotos. Estas son hechas estas vacaciones de Navidad, los días que no llovía, claro está...
Besos, amiga fucsia, que la tormenta está entrando y me va a dejar sin internet! En cuanto pueda te contaré como me devoró a mi la ciudad, y el delito :-) que cometí para poder huir de ella ...
14 comentarios:
Lo siento, Kahtha la ría de Ferrol ya no me la permite cargar. Pero te la colgaré otro día, o te la mando por correo. Muchos besos
Buf, Katha, pedazo de ventanas preciosas que te regala nuestra Zafo!! Que las disfrutes mucho!!!!
¡Qué bien! Al regalárselas a Katha las disfrutamos todos.
La segunda foto me ha gustado muy especialmente.
Besos, besos
Vaya equilibrios estoy haciendo...
la conexión ya está en modo rural total, osea, a velocidad de burro :-)
Bueno, no debo quejarme ya que no puede ser eso de tener todo lo bueno del campo y de la "civilización" pero me está dando una lata esto del copón.
He querido subir la foto que falta y no me digáis como hice que me cargué la del rio Tambre, y menos mal que se me ocurrió dar al atrás
no sé cuantas veces y apareció puesta en la entrada, así que me quedo quietecita hasta que pueda aparcar al burro :)
Lenka me ha encantado eso de nuestra Zafo, que le voy a hacer...jajajajajaja.
Elvira, ya sabía yo que vendrías a disfrutarlas.
Qué rabia que tengamos tantos kms por medio, con lo bien que nos iría salir a hacer fotos juntas.
Besos
Hace dos veranos tuve el privilegio de visitar tu tierra, Zafo.
Tus fotos me han hecho recordar unos días maravillosos.
Gracias!
Esta ya es mi tierra desde hace más de 20 años, ya no me imagino en otro lugar que no sea tan húmedo y verde y a la vez con este calorcito en verano. Me encantan Irlanda, Escocia, o la Bretaña francesa, y Asturias, Cantabria y el resto del norte mojado de este país, pero allí no hay los 30-32 grados de media que tenemos aquí en julio y agosto.
Me alegra llevarte buenos recuerdos hasta tu puerta.
Besos
Jodó, Chusa. Tus fotos son preciosas, cuelga más!
Y cuenta cómo te fuiste pal norte, que te hacía galega de pura sepa!!!
Hombre, es que acabas de citar seguramente algunas de las tierras más bellas del globo!!!
;)
Es curioso, yo pensaba que, además de ser bonitas, los nativos las hacíamos más bellas por pura pasión (como hará la gente de cualquier parte con sus terruños), pero resulta que hay rincones con cierta magia que hasta los visitantes ven y sienten. Me ha pasado cada vez que alguien ha pisado este rincón por primera vez, no importa se venía de Australia, Canarias o Argentina. Todo el mundo se queda asombrado con el lugar y con la gente.
Qué tendremos???
XD
Muchísimas gracias por las ventanas.
Me ha encantado la segunda. Vivo a tantos kms del mar... Miraré la ventana y me acordaré de ti.
Me gusta el norte, el mar. Sobretodo, el verde llegando hasta casi el mismo borde de la playa. Tengo ganas de subir, pero las dos veces que lo hemos hecho sólo hemos visto el sol en dos ocasiones: el día que llegamos y el que nos fuimos, y eso con un poco de suerte. Como me suelen decir: el verde hay que mantenerlo.
Pondré la segunda foto de fondo de pantalla... y desbancar a mi niño te advierto que es casi imposible. Se la enseñaré también a él, para que pueda disfrutarla.
Espero que el vendaval no azote demasiado vuestras tierras.
Muchos besos
Mentiría si dejera que no soy galega de pura sepa...toda mi familia lo es y siempre me sentí de aquí. Otra cosa es que durante años haya vivido en Madrid, ciudad a la que me encanta volver a pasar unos días, pero que abandoné un día al sentír que además de devorarme me arrastraba a una vida que no me hacía feliz.
Desde niña me enamoré de la frondosidad, de la humedad y del ritmo de la aldea. Las "veraneantas" como yo, se aburrían, y alucinaban con que no hubiesen ese montón de cosas con que la ciudad parece protegernos, además de entretenernos, pero yo no...yo cuando volvía a mi casa sentía añoranza de un mundo sin paredes, ni edificios tapando mis ventanas. Echaba de menos el ritmo del sol marcando las horas, el tacto de las gallinas, los perros y los gatos, el sonido de las vacas durante la siestas bajo los cerezos, el subir en un carro para ir a buscar hierba, el salir al monte a por leña, o al rio a pescar(malísima pescadora) Los campos de maíz donde aprendí a hacer casi todo lo prohíbido: fumar, besar, leer el manual del Trosquista (me parto). Los lechos de helechos y hortensias con que hacíamos "nuestras casitas" y las sopas de tierra y flores de ruda que ofrecíamos a nuestros muñecos hijos. Los collares de margaritas, los jarrones de dalias y rosas arrancadas desde la ventana. Las fiestas del verano con bomillas de colores y el sr ese que nunca estaba muerto si no que se iba de parranda y estaba tomando caña, lerelere. El montón de gente junta, comiendo, segando, recogiendo uvas. las narraciones interminables, las conversaciones nocturnas con las que alcanzaba la gloria del sueño. Andar descalza, coger ranas y pájaros, cuidar pollitos, robar fruta, montar en burro o en caballo...y algo insuperable, el mar, mirar al mar, oler el mar, meterme en el mar, en fin...
Trabajé tres años en una oficina encerrada desde las ocho de la mañana hasta las ocho de la tarde un día sí y otro también, rodeada de personas cuya felicidad se basaba en cuanto más cosas tengo más feliz soy.
Se competía por el mejor cutis, las mejores uñas, el mejor apartamento en Guadarrama o en Peñíscola, el mejor partido (hombre), el mejor bolso, y el mejor puesto junto al lameculos del turno. Una escalada imparable hacia la infelicidad (porque siempre, siempre, había alguien que tenía más)
Tenía que decidir si continuar ese ritmo con un contrato fijo o vivir (para mí aquello no era vivir) así que decidí lo último y me vine... andando y llorando por el camino de santiago, jajajajajaa. Esto sí que daría para una buena entrada.
Siempre antepongo mis gustos y ganas al dinero, así que perdí muchos trabajos e hice otros muchos que ni había imaginado hacer. Y después de uno añitos en Coruña y Vigo conseguí trabajo en un pueblo y de ahí fue fácil irme a vivir a la aldea.
Todo el mundo me decía que estaba loca, y seguramente lo estoy, que una cosa es vivir la aldea en verano siendo niña y otra teniendo que vivir allí, yo solo puedo decir que es cierto, que es muy distinto y ...mucho mejor!
Bicos
Qué tendremos? y qué tienen estos lugares?
yo tenía cuatro años, viajaba en tren de Madrid a Coruña y desperté muy temprano con la luz del sol entrando en el vagón. Desde mi litera miré por la ventana y vi la niebra pegada a los pinos, y al sol deshaciéndola según esta subía del río. Llegábamos a Ourense y yo me puse a llorar. Me estremecí, me emocioné y tuve miedo de no volver a ver aquello si el tren seguía su camino. No lo supe explicar, pero cada vez que volvía de Madrid a Galicia pedía al revisor que me avisara entes de entrar en Ourense.
Pinté tantos cuadros de la niebla gallega que llegaron a creer que estaba obsesionada, jajajajaja, y lo estaba.
la frondosidad, la humedad, los colores, el olor... la belleza de estos trozos de tierra impactan y enamoran. Quizás guardemos en el cerebro más primitivo el registro de que el hogar es eso...no sé.Besos
Katha, te chivaré el buen tiempo para que apuntes bien :)
yo también tengo la foto del faro en el escritorio. Es un honor para mí que tú también la quieras tener. Me alegro muchísimo de haber acertado.
Muchos besos
Buenos días Chusa,
La ría de Arousa ya está instalada en mi escritorio.
Besos
Es una zona estupenda, estupenda.
La conozco toda, todita, toda.
Las fotos son una preciosidad.
Un beso a todas
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