lunes, 5 de enero de 2009
Mi Tiempo
Cuando era ternera medía el tiempo en segundos estirados o comprimidos por mis anhelos.
Un tiempo que se expandía eterno desde mis labios a su insoportable ausencia, o que se desvanecía esfumándose en entrega a la pasión, en los breves encuentros con mi querida hierba y otras inconfesables delicattesen.
Las vacas libres, las que pastamos en las praderas, no creemos en los relojes. Esos artefactos que miden el tiempo en tic tacs y que hacen correr de un lado a otro a los humanos. Por eso nunca encontraréis relojes para vacas en el mercado. Tampoco creemos en esa traidora línea que dice marcar el horizonte de nuestro cielo y de nuestra vida, o en que las alpacas tienen el mismo número de nutrientes que la hierba fresca, o que el tacto de una piel humana es lo mismo que unos guantes de plástico, o que desayunar con margaritas provoca el mismo efecto que desayunar con pienso. ¡Supercherías y chismorreos de vaca exclavizada por el falso progreso,nada más!
Pero sí creemos en cercanías y lejanías extemporales y afectivas, en instantes que duran una eternidad y eternidades que duran un instante, en vidas que fueron ayer y que ya estan a años luz de quienes somos ahora y en experiencias pasadas y presentes que arrojan años sobre la piel, o que los restan. Envejecer, rejuvenecer, morir, resucitar y viceversa.
Y aunque nuestra vida parezca discurrir al ritmo de las rojas agujas de los atardaceres, o de los brillantes cambios de las constelaciones sobre nuestros sueños, o del húmedo verde al amarillo paja de nuestro alimento suelo, éstos nada pueden hacer para marcar el tiempo y la edad de una vaca, porque no hay nada en nuestro mundo que pueda marcar un ritmo regularmente, ni en minutos, ni en años, ni en pesados siglos, nada. Porque en cuanto un amanecer nace encendido de ganas, el tiempo deja de existir como tiempo para ser medido en distancia.
Distancias entre:
Mi hierba y yo.
Mi boca y la suya.
Mis cuadros y la sala que los expondrá.
Su mirada y mis ojos.
Mi libros y las primera librerías que los venderán.
Mis palabras y sus oídos
Mis obras y las salas que las estrenarán.
Sus manos y mis caricias.
Sus palabras y mis besos.
Mis caricias de madre y la piel de mis niños.
Sus heridas y mi consuelo.
Mi necesidad de abrazar, o llorar, o reir y los brazos de mis amigos.
Su nuevo dico y mi entrada a su concierto.
La inauguración de su casa y mis vacaciones.
La sal de naranja y romero siciliano y mis ensaladas de verano.
y un montón de cosas más...
Esta claro que para una vaca libre el tiempo es igual a la distancia entre ella y sus praderas, multiplicado por las ganas, o partido por la pereza.
Yo misma he de reconocer que dejé de ser ternera unas cuantas veces, y que en ello tuvo mucho que ver el dejar de medir mi tiempo en ganas, y extraviadas estas, y por temporadas,llegué a convertirme en anciana de mirada de alpaca.
Ahora me encuentro en uno de esos momentos en que, aún no haciendo demasiado caso a mis creencias de vaca libre, ya no caigo en la trampa de intentar medir el tiempo. Ahora sólo intento saborearlo, con o sin ganas, sabiendo que las ganas locas siempre viven agazapadas en la esquina de cualquier amanecer, lo mismo que se prenden de un atardecer para no volver jamás, a no ser que salgas a por ellas y te las traigas bien amarradas, que las ganas son muy veletas y tienen cuerpo de cometa. Y que si me atacan no me quedará más remedio que volver a ser ternera, lo mismo que si me dejan a solas con mi pereza volveré a ser vieja.
Y todo por una foto que hablaba de lejanía en el espacio, no en el tiempo...
Gracias, Juanjo, por este rato de desvarío que me llegó de tu amigo :-) con el ego agradecido, pero entristecido por la lejanía entre él y su foto.
Supongo que a partir de ahora te cuidarás de mantener conversaciones sobre el espacio tiempo con vacas de pradera.
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23 comentarios:
Hola María Jesús,
Me alegro de que hayas sido capaz de mantener tu estatus de vaca, de pacer en tu pradera verde, de que compartas con nosotros tus experiencias, tus ideas, tus historias.
Ser una vaca es algo qeu yo no he conseguido, creo que mi naturaleza con tendencia a correr, a llegar tarde atodas partes, a estresarme por todo no me ayuda demasiado. Creo que sólo llego a rozar levemente el estatus de vaca cuando mi pequeño me da un beso y me achucha, cuando me dejo llevar por la música... pero ya te digo que no lo toco. Creo que cada día me qeudan más cosas por aprender.
Muchos besos.
PD: No te deseo que te traigan muchas cosas los Reyes, si no que conserves y amplies lo que tienes.
Una cosa, confieso no haber escuchado tu música, pero es que a Bruce... no me llama nada. Lo siento. Lo haré otro día.
En espera de tu próxima entrada. Lo de intentar publiar algo te lo decía muy en serio el otro día. Tengo que decírselo también a Lenka. Da la impresión de que escribís con una soltura, con una naturalidad, con una pasión... que confieso me siento tentada de envidiar. :-)
Me gusta mucho el campo, pero nunca me había apetecido ser vaca hasta que empecé a leer tus escritos. Parece que has conseguido resolver el dilema del cuento del ratón de campo y el ratón de ciudad. :-) Las vacas son más listas que los ratones... Besos
Se me olvidaba,
¿También pintas?
Olvidadiza que estoy hoy... lo siento.
Me temo que yo soy un claro ejemplo de ratón de ciudad...
Hola amigas:
Toda la paz que encuentro en la pradera la pierdo cuando paso más de una semana en una ciudad, pero aún así me gusta mucho vistarlas.
Supongo que es mi condición de vaca que antes fue una ratita de ciudad la que me impide encontrar la calma en ellas, y como hace ya muchos años que no las habito ya no podría deciros si mis impaciencias dependerían de su ritmo más que de mis ganas o viceversa.
Katha: no pinto, sueño, juego y escribo entradas en este blog.
A esto lo llamo yo saber "perder el tiempo". Pastar tranquilamente en la pradera. Un pasito, otro pasito, sin prisa.
Extender el cuello y contemplar durante todo el rato que se quiera la amplia pradera que nos espera.
Comer y rumiar disfrutando de cada bocado de cada brizna de hierba en nuestro paladar.
Ver retozar los terneros sin preocuparse de nada más, jugar con las nubes a crear formas, sentir la lluvia cuando toca y disfrutar del sol cuando sea.
Me encanta perder el tiempo. Reivindico perder el tiempo, porque esos momentos, son los que siempre se quedarán con nosotros cuando un día echemos la vista atrás y podamos sonreir con satisfacción y podamos repetir lo que dijo el poeta: confieso que he vivido.
Muchas gracias Chusa, me ha encantado tu entrada.
Un abrazo
¡¡¡¡Todo el día con las tetas al aire, sin sujetador, jajajajajaja¡¡¡
Tuve que ir corriendo a tu blog a reirme y sigo aquí...
te pido por favor que cuando veas una risa colgada de una entrada mía me la des. jajajajajajajajajajajajjajajaja.
Me parto, lloro, me muero. gracias jajajajajajaja.
Acabo de entender porque me gustaba tanto ser vaca, jajajajajajajajajaa.
¡Qué bonito! Me ha encantado... Y los dos últimos comentarios son la monda....jajajajajajajjjj.....
Yo a veces intento engañar al tiempo. Llevo varios meses sin reloj... pero eso no me impide estar pendiente de él... Sé que debería pararme a pastar más a menudo...
¿Sal de naranja y romero siciliano? Eso sueña de maravilla. ¿Y dónde la consigues?
María Jesús,
Permíteme la licencia de "corregirte". Sí pintas, pero no con pinceles y pinturas, sino con palabras. A mí me encantaría poder pintar con palabras, que la persona que lea pueda dibujar la escena en su imaginación, que organice los trazos y colores que tú le das mezclados con su propio estilo.
Besos
¡Tiene toda la razón Katha! Besos
Hola María Jesús,
¿Puedo publicar la dirección de tu blog en el mío?
Me gustaría que las chicas pudiera disfrutar de tus magníficas historias.
Besos
Sois un encanto, todos.
Tengo dos terneritos moqueando y con fiebre, apenas dormí y estoy acabando un trabajo, pero quería entrar a saludaros y daros las gracias por tantas palabras hermosas.
Katha y Elvira: pégame donde quieras katha. Qué risa suena a masoquismo. (me tenéis que enseñar a poner el listado ese de blogs)
qué cosas más bonitas me decís sobre mi modo de escribir, cuando lo hago me siento más desnuda que nunca y me da pudor, pero con semejantes lectoras...voy a acabar escribiendo una novela, jajajajaja
Rose: me alegra mucho verte por aquí. Te cuento lo de la sal, te aldelanto que la cosa consiste en rallar monda de naranja y añadirle hierbas al gusto y sal. Si lo guardas en un recipiente para especias se conserva bien y se reparte bien. Hay que usar muy poquito. También la hace con limón y perejil. Pero lo guay, lo de chuparse los dedos, es la mayonesa casera con naranja y tomillo. Mañana te lo cuento y también te cuento que en realidad a quien echo de menos es a mi amigo más que a su sal.
Besos
Hola Chusa: Me parece genial que te animes a escribir un libro algún día. Yo lo compraré.
"pégame donde quieras katha" Jajaja, sí que suena masoquista.
Cuando los ternerillos mejoren, puedes añadir la lista de blogs así:
1.-Entras en personalizar.
2.-A la derecha hay un "cuadradito" que pone: añadir un gadget. Entras.
3.-El primer gadget que sale es la Lista de blogs. Clicas en el signo +.
4.-Vas agregando blogs a la lista, y luego clicas en Guardar.
Creo que ya está. Luego puedes llevarte el "cuadradito" de los blogs (todavía estás en Personalizar) a la zona de tu columna derecha que prefieras: encima o debajo del perfil, etc.
Besos y ¡que durmáis bien!
Hola Chusa,
Espero que los peques estén mejor. Si yo con uno ya lo paso mal y me agobio, me hago a la idea de cómo será con dos o, mejor dicho, no, no me la hago.
Mujer, que pegarte no te voy a pegar. ¡Ja, ja! Sólo la dirección del blog.
Yo te animo con la novela, pero, después de año y medio dándole al fucsia, creo que escribir una novela debe de ser una ardúa tarea. Tarea que estoy segura emprenderías con ánimo, pasión y terminarías con éxito.
No como yo, que llevo meses sin sentirme con ánimos para seguir con la historieta.
Besos
PD: Elvira, tengo que intentar yo también lo de la lista de blogs. Por cierto, entré un día a curiosear en el tuyo. A ver si entro otro día, el problema, ya sabes, que no tengo tiempo de nada: vida de mujer moderna.
Tres camas y tres terneritos...
al ternerito que esta bien se le lleva a la cama de los papás, y la mamá queda en su cama con los dos teneritos, y digo la mamá porque es un poco mandona y no le gusta como miden las fiebres los demás ni lo que hacen con ellas...(mandonismo y madrismo puro y duro) e fácil sólo que se duerme poco, pero de día se entretienen más los dos juntos que si está uno sólo malo.
Besos. Gracias por vuestra compañía y vuestras enseñanzas.
Katha: ayer entré a curiosear en tu blog y he visto que también pones muchas canciones, como yo :-). Te seguiré visitando.
Que mejoren pronto los niños, Chusa. Y besos a las dos.
María Jesús,
Espero que los chiquitines se encuentren mejor.
Explícame cómo te apañas con el trabajo, la casa, tres niños y el blog. Porque yo soy un auténtico desastre, con un sólo niño hay veces que me siento completamente desbordada.
Elvira, lo de las canciones me ha dado por ponerlo hace poco, desde que aprendí a hacerlo, que una es muy torpona con las nuevas tecnologías, a pesar de que debería ser justo lo contrario.
Lo mío, últimamente, es el desvarío, e inicialmente el fucsia. ¿El fucsia? Soy un poco peculiar, dejémoslo ahí, y es mi manera particular de denominar a mi historieta rosa, rosa fucsia, en la que llevo inmersa, a paso de caracol, desde hace un año y medio.
Tengo que dejaros, debo ir a recoger a mi ternerillo. Está nevando de nuevo. No sé yo si llegaremos enteros a casa.
Besos
Deseando que Katha y su ternero haya llegado sanos y salvos a casa te comento Chusa la excelente impresión que me ha causado tu relato pues, apartando imágenes lascivas que han pasado por mi mente poer culpa de Juan, creo que más que un relato es un ensayo filosófico sobre la relación tridimensional espacio-tiempo-pastos.
Y sin ironía te diré que me ha encantado pues con tus pastos metafóricos has explicado perfectamente que el tiempo es de las pocas cosas que se crean o se destruyen sin pasar por el mal trago de la transformación.
Esta apreciación es la que intento transmitir cuando alguien me dice que no tiene tiempo para algo importante porque creo que no es cierto, es sólo una excusa ante sí mismo, la peor excusa.
Y te felicito por tu fórmula tiempo-distancia-ganas o pereza, pues me recuerda una interpretación que hice de la teoría de la relatividad que dió mucho jugo en la página "Una fórmula mágica" de mi blos de El País de la cual te paso el enlace:
http://lacomunidad.elpais.com/aa-albors-arquitecto/2008/12/27/una-formula-magica
y que me serviría para dar cuerpo matemático a la tuya:
T = Gxd2 (evolución de E = Mxc2)
"El tiempo que estás dispuesta a dedicar es equivalente a las ganas de acudir a los pastos deseados multiplicadas por la distancia a ellos"
Si no tienes ganas, si esas ganas tienen un valor negativo, tu disposición para encontrar el tiempo necesarioo será también negativa.
Un beso herbívoro
Elvira: Los niños han mejorado, tanto que hoy han ido al cole.
Katha: ¿cómo me las arreglo? a nivel doméstico teniendo y haciendo lo imprescindible. Pocos muebles, menos cachivaches, un sitio para cada cosa, y si no hay sitio no hay cosa :-)
Edredones doblados a los pies de la cama que se estiran cuando te acuestas, ropa recogida del tendal a los armarios, conversaciones nocturnas mientras limpias los baños, etc. y con los niños normas muy claras: habitación para dormir, habitación para jugar, y todas las noches se recoge todo antes de entrar en la ducha y se prepara lo que tienen que llevar al salir de de casa el día siguiente. Si no no hay juerga...y no te quedas con tus amigos, ni juegas tu tiempo de ordenador, ni por supuesto ves tu rato de tele. ( la tele y el ordenador a mí me son muy útiles, jajajajaja)
No comemos en casa así que esa es una gran ventaja y la compra del resto de comidas se hace casi toda por internet(los supermercados y centros comerciales me producen una sensación de pérdida de tiempo de la que procuro apartarme como de la peste)
Trabajo de 10 a 14 horas (con medio sueldo pero mucha más vida)
Las distancias no roban tanto tiempo como en la ciduad, ni los viajes estresan o agotan. Yo los vivo como paseos de lujo, la mayoría del tiempo entre árboles y mar. Además Vigo, Santiago, Pontevedra u Orense,para entrar a ellas como lo hago yo, son de lo más agradables.
Además ésto de tener ex tiene sus ventajas, ya que muchas veces los niños están con ellos, así que si queremos hasta tenemos tiempo para sentirnos novios.
Todos somos muy indenpendientes y necesitamos nuestro espacio íntimo, por eso, entre otras historias, me han salido las pacientes.
Juanjo:He disfrutado muchísimo con tu entrada "relativa".
Tu manera de formular acaba por encuadrar perfectamente mi relacion tiempo espacio ganas pereza. Algo difícil de explicar aunque lo haya intentado en unas cuantas ocasiones.
He sentido que has dibujado perfectamente lo que yo pienso y...es muy placentero, como si ya no hiciese falta volverlo a explicar. ¡Ya puedo ofrecer una fórmula! jajajajaja Increíble en mi mundo metafórico, de verdad.
Me pasa, como a ti, que puedo ver disculpas en la falta de tiempo para lo que nos quejamos de no poder hacer, y ahora jugaré a demostrarlo :-)
Bueno chicos, pues un beso muy grande para todos.
Juan, no se si volverás por esta entrada, no me entero muy bien como va esto :-) pero por si acaso te cuento que tu descubrimiento sobre mi sujetador y el ataque de risa posterior me impidieron hablarte de la pérdida de tiempo.
El tiempo perdido como tú dices, es el que siento que voy ganando a lo que me quede de vida.
Confieso que he vivido, buena frase, si señor.
un beso
Hola Chusa: Me alegro de que los niños ya estén bien. Muchos besos en tu pradera
Elvira, no se si poner moderación de comentarios sólo para ser tan ordenada y buena anfitriona como tú.
Me doy cuenta que mis hábitos sociales aquí me convierten en una caótica o descortés, o sabe dios qué, porque ahora mismo acabo de caer en la cuenta de que aún no te dí las gracias ni te comenté nada sobre lo de los listados de blog que me gustan.
Ayyy, perdóname, todavía me lío, mira tampoco le había contestado a Juan y eso que me encantó su entrada.
Bueno, disculpas y besos que me voy a cenar.
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