Tengo una amiga que de vez en cuando me escribe correos cargados de cronopios esperanzas, y famas. Cuando los abro mi casa se llena de estor seres y de su estrafalaria y hermosa manera de andar por la vida.
Hoy al leer a Síes me vino a la cabeza este texto que le dedico.
Va por tí, Sies!
"Los famas para conservar sus recuerdos proceden a embalsamarlos en la siguiente forma:luego de fijado el recuerdo con pelos y señales, lo envuelven de pies a cabeza en una sábana negra y lo colocan parado contra la pared de la sala, con un cartelito que dice: "Excursión a Quilmes", o: "Frank Sinatra".
Los cronopios, en cambio, esos seres desordenados y tibios, dejan los recuerdos sueltos por la casa, entre alegres gritos, y ellos andan por el medio y cuando pasa corriendo uno, lo acarician con suavidad y le dicen: "No vayas a lastimarte", y también: "Cuidado con los escalones". Es por eso que las casas de los famas son ordenadas y silenciosas, mientras que en las de los cronopios hay gran bulla y puertas que golpean. Los vecinos se quejan siempres de los cronopios, y los famas mueven la cabeza comprensivamente y van a ver si las etiquetas están todas en su sitio"
La conservación de los recuerdos. Historias de cronopios y de famas. Julio Cortazar